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miércoles, 18 de marzo de 2015

La vida es negra

Buenas a tod@s!

El otro día, camino al trabajo en el autobús, escuché sin querer una conversación de dos universitarios que me dejo K.O, no por el tema de ésta sino por las gilipolleces que soltaban, y eso que solo eran las 9 de la mañana. No entiendo porque la lucidez se muestra solo para decir tonterías. 

En fin, uno de ellos le contaba a otro que si tanto le gustaban los deportes, porque no se había dedicado a ello profesionalmente, cuando el otro le contestó: "NO TENGO TIEMPO, estoy muy cansado y estresado". 

Mujer estresada
¿Cansado de qué? Cansado está el que trabaja más de 9h, llega a casa y trabaja otras 2h, y para sorpresa, se encuentra una carta de esas que le suben el ánimo a uno en el buzón, el seguro del coche, ese sobre frío al tacto, que solo tocarlo las pulsaciones se aceleran al saber que te va tocar pagar. 

La verdad es que soy muy ingenua, porqué el día de mi cumpleaños recibí una carta del banco y tuve la esperanza de creer que me iban a felicitar, cuando la abrí vi que tenía que pagar el mantenimiento de mi "Carnet Jove", y pensé que era una broma de mal gusto, ese carnet no sirve porque sobrepaso el límite de edad para usarlo, y encima tengo que pagar, porque sí, estamos en España. 

Hablando de vejez, algo que en su momento me sentó muy mal, fue cuando un niño me dijo: 

"Perdone señora ¿Qué hora es?". 

¿Señora? Tengo 24 años y me esfuerzo mucho para que el día que tenga 50, niños como él, me pregunten si tengo novio, no la maldita hora.
Ingenua y aparento 50, genial, la vida es bella jajaja, y yo llenándome la cabeza de pájaros con tips de moda para realzar tu belleza, mejorar tu estilo y bla bla bla. 

¿Vale la pena estar atado a un mundo de prejuicios, efímero y frío como el de la moda? 
Sé que si voy a trabajar, no me pondré el vestido playero de los fines de semana, es cuestión de lógica. ¿Pero se acaba el mundo si no sé que el color Marsala (que me encanta), está de moda?

NO, las facturas seguirán viniendo, el trabajo se acumulará, los niños me seguirán llamando señora, y las conversaciones ajenas que escuche en el autobús seguirán siendo como el "Sálvame", vamos, una mierda.